ZAMACUECA o CUECA, ‘baile popular de Chile, danza nacional de este país’, nombre emparentado con el del antiguo zambapalo, danza grotesca que se bailaba en América en los SS. XVI y XVII; el nombre de este último parece venir de zampapalo ‘hombre estúpido’, compuesto de zampar y palo, alterado por influjo de zambo; en cuanto a zamacueca, que también se dijo zambacueca, su formación es incierta, quizá alteración de zambapalo por cruce con zamacuco ‘tonto’; de zambacueca se sacaría posteriormente cueca por haberse tomado la primera mitad de la palabra por un epíteto de sentido inadecuado; es de creer que la cueca sería al principio un baile grotesco como el zambapalo, más tarde dignificado, por el genio popular.

1.ª doc.: zambapalo, 1539, Fdo. de Guzmán Mexía; zamacueca, h. 1870, Vicuña Mackenna.

Aquel poeta, en su Vida y Tiempo de Maricastaña, fechada en Panamá en 1539, escribió que en aquel tiempo feliz se hacía todo «al son de zambapalo y zarabanda» (Bibl. de Gallardo IV, 1538). Se trataba, pues, de una danza alegre o divertida. Cervantes la menciona muchas veces, junto con otros bailes indianos. En La Ilustre Fregona: «al que es necio se le antoja / que el baile de la chacona / encierra la vida bona. / Esta indiana amulatada, / de quien la fama pregona / que ha hecho más sacrilegios / e insultos que hizo Aroba /... / dice, jura, y no revienta, / que, a pesar de la persona / del soberbio zambapalo, / ella es la flor de la olla, / y que sola la chacona / encierra la vida bona» (Cl. C., 288; Hz. Ureña en su ed., p. 80, observa que el zambapalo también procedía de América); «MÚSICO: ¿Qué cantaremos más? MADRIGAL: Mil zarabandas, / mil zambapalos lindos, mil chaconas, / y mil pésame dello, y mil folías. / MÚSICO: ¿Quién las ha de bailar? MADRIGAL: La gran sultana» en la comedia de este nombre (ed. Schevill, II, 187); «muden el bayle a su gusto, / que yo le sabré tocar: / el canario o las gambetas, / o al villano se lo dan, / zarabanda o zambapalo, / el pésame dello...» Entremés del Rufián Viudo (íd. IV, 38), y también en el de La Cueva de Salamanca. Es palabra ajena a Aut., Covarr., Oudin y demás dicc. clásicos; lo registra primeramente Terr. como «especie de baile», y la Acad. (ya 1817) dijo era «danza y cantar antiguo»; en eds. recientes explica era «danza grotesca traída de las Indias Occidentales, que se usó en España durante los SS. XVI y XVII» y «la música de esta danza».

Parece claro que ha de ser alteración de zampapalo «necio, bobo o ignorante» (Aut.), del cual conozco dos ejs. clásicos: «por eso ha levantado esta quimera, / porque le dije a aqueste zampapalo / que Domingo el alcalde estaba malo» Quiñones de B. (NBAE XVIII, 668), «poeta zampapalo, / ¿cohecharlas querías, / con estas niñerías?» J. Polo de Medina (cita de Aut.). Es evidente que se trata de ‘uno capaz de zamparse un palo’, compuesto paralelo a sus sinónimos zampabollos, zampatortas, zampabodigos, etc. El cambio de p en b se produjo ya en el adjetivo, como nos muestra el Entremés de la Infanta Palancona de Quevedo, donde junto con otros varios personajes grotescos sale un Infante Zambapalo, que además del Rey Bisojo es general del ejército del Rey Cachumba (Rivad. LXIX, 511). El zambapalo era danza grotesca, nos dice la Acad., quizá por el carácter de «soberbio» que le achaca Cervantes con visible buen humor; y así le cuadraba el nombre de zampapalo. A la alteración en zambapalo pudo contribuir la disimilación, y sobre todo el influjo de zambo, sugerido por las contorsiones y dobleces de piernas que no pueden faltar en un baile de la plebe; quizá también tuvo su parte en esa alteración el influjo del nombre de la zambra morisca.

Aunque debemos dar un salto para llegar a la zamacueca del S. XIX, no me parece dudoso que haya una relación entre los dos nombres: al fin y al cabo está muy poco explotada lexicográficamente la literatura colonial del S. XVIII. La Acad. no registró el vocablo hasta 1899, pero claro está que aparece en la literatura chilena del S. XIX, aunque mi escasa erudición en este terreno no me permita citar, siguiendo a Lenz (Dicc., 784-8), testimonio anterior al de Vicuña Mackenna. Hoy la antigua forma zamacueca está bastante desusada, pero la cueca sigue siendo danza sumamente popular y general en Chile; también tiene arraigo antiguo en las provincias cuyanas de la Argentina, donde casi ha hecho olvidar el gato, baile típico de esta región1. Sin embargo, zamacueca era vieja forma tradicional, y sanbacueca es la empleada por una cantora chilena cuyo lenguaje revela extracción sumamente popular, V. el texto de su cueca en Lenz. Luego zamacueca ha de haber sido primeramente una pronunciación vulgar asimilada, del tipo de comenencia.

Desde luego no es claro el origen de zamacueca, pero apenas hace falta rechazar la opinión de Cej. (citado por Román) de que viene del vasco zama ‘amontonarse’ (en realidad es zamatu ‘cargar’). En cuanto a la afirmación del chileno José Zapiola (1802-85) de que es baile originario del Perú (aceptada por la Acad.), podrá ser cierta, pero no está documentada, y así hay que dejarla en cuarentena. En todo caso, salta a la vista que no es palabra quichua, según muestra ya el diptongo ue. El supuesto de Vicuña Mackenna de una composición zamba + clueca (por la posición casi a cuclillas que a menudo adopta el varón) no es admisible, porque no se explicaría la pérdida de la -l-2. Lenz, no teniendo en cuenta el antiguo zambapalo, cree que zambacueca viene de zambo, sin decidir si es derivado o compuesto con una ignorada palabra cueca. Quizá sea cierto esto último, pero no se ve qué palabra podría ser ésta. ¿Algo relacionado con el port. cocar ‘estar al acecho’, coca ‘acecho’? Pero ni esto ha existido en castellano ni el sentido ofrece base adecuada.

Creo que zambapalo ‘bobo’ sufrió un cruce con su sinónimo zamacuco y de ahí salió la forma combinada zamacueca o zambacueca. Faltaría sólo explicar el ue de la terminación -ueca; quizá cambio de sufijo, ya en el adjetivo, comp. arag. zamueca ‘torpe’ (Borao); o más bien habría influjo de chueco, como antes lo hubo de su sinónimo zambo. Queda bastante claro que zambacueca hubo de separarse en dos elementos cueca y zamba, tal vez porque al dignificarse popularmente el baile se antojó impertinente al pueblo el que parecía epíteto zamba; seguramente se percibió zamba-cueca como un compuesto que indicaba algo intermedio entre dos tipos de baile, y al introducirse una innovación coreográfica quedó afectado cueca a la nueva variedad y zamba a ia antigua, o viceversa; en todo caso, esta otra mitad vivió con vida independiente en las provincias del Norte argentino: «dos cantores se sentaron próximos, con sendas guitarras... la introducción a la zamba había terminado...» escribe el catamarqueño Carlos B. Quiroga (La Raza Sufrida, p. 39), y J. H. Figueroa Aráoz nos dice, hablando del pueblo de Chicoana: «es el corazón campesino, recóndito, de Salta... patria de zambas y varones sentenciosos» (La Nación de B. A., 18-VIII-40); de ahí pasó al Brasil (Fig.), desde donde la samba (que algunos quieren hacer masculino) se ha internacionalizado en años recientes.

1 Descripción de la cueca chilena en Lenz; de la cuyana en Draghi, Canc. Cuyano, pp. L, LXIII, etc. Llama la atención en Mendoza la forma en que la bailan en San Juan: «cuando baila la cueca / el sanjuanino / no se pisa la cola / porque es chupino» dice una copla popular, allí.―

2 El Prof. Pino Saavedra me confirma que la forma *zambaclueca es puramente supuesta; no cree él tampoco en esta etimología.